Las claves para un objetivo exitoso

Be Smart: 4 claves para conseguir un objetivo exitoso

Es probable que infinidad de veces hayas pensado o incluso hablado con algún amigo, acerca de algo que querías conseguir. Por ejemplo conocer una playa paradisíaca, cambiar de trabajo, bajar algunos kilos, o cualquier otro deseo.

Vamos a tomar de ejemplo cambiar de trabajo, todo empieza como un sueño en voz alta, al mejor estilo “que lindo sería ir mañana a la oficina y renunciar, le diría tal y tal cosa a mi jefe, juntaría mis cosas y…”.

Sé que suena a fantasía de domingo (“lunes no llegues nunca”), pero a menudo las cosas con las que fantaseamos suelen ser deseos profundos.

¿Qué es lo que determina que se quede en un simple deseo? Que nunca damos el primer paso, ni comenzamos a accionar de forma concreta para que ese deseo o sueño empiece a tomar forma en la realidad.

Ahora bien, volviendo a los ejemplos que te daba al comienzo, te pregunto: ¿qué es lo que tienen en común todos ellos?

Simple, que ninguno es concreto: “bajar algunos kilos”, ¿cuántos, de qué forma, para qué fecha?

Te cuento que tengo una muy buena amiga, que hace años me repite “algún día voy a conocer España, es un sueño que tengo desde siempre”. Cansada ya de escucharla, un día le pregunté en qué fecha había pensado viajar, y si tenía una alcancía destinada a ahorrar dinero para conseguir la suma necesaria para su viaje.

¿Adivinas la respuesta? “No” a todo. Así que le dije que hasta que no empezara a hacer cosas en concreto por alcanzar su sueño, ¡sólo iba a ver España por la tele!

Ya sé, puede sonar cruel, pero es que los sueños… sueños son hasta tanto no “espabilamos” y nos ponemos en marcha.

Entonces, ¿qué hacemos si queremos convertir nuestro sueño o deseo en un objetivo alcanzable?

Veamos las 4 claves que hacen posible que tu deseo se transforme en un objetivo exitoso:

Puede parecer obvio pero no lo es tanto. Si tomamos el ejemplo de cambiar de trabajo, cuando fantaseamos con ello, raramente especificamos el tipo de cambio que buscamos.

Si ahora mismo estuvieras deseando un cambio profesional, deberías definir todas las cuestiones necesarias para que esto sea lo más específico posible. Ejemplo: decidir si trabajarás para una empresa o serás independiente, qué tipo de actividades deseas realizar y en qué sector, cuántas horas quieres trabajar por día, y una larga lista de especificaciones más.

Recuerda que cuantas más características agregues a tu lista, más energía enfocada podrá poner tu mente en conseguir tu objetivo. Mientras que por el contrario, cuanto más difusa es nuestra meta, esa energía está más dispersa en nuestra mente.

Muy simple y claro, pero poco llevado a cabo. Cuando escucho “quiero bajar algunos kilos”, la cara se me queda así  :/  

Unos kilos, ¿cuántos serían exactamente? Porque no es lo mismo 3 kilitos que 8, ¿verdad?

La clave nº2 es que utilices un sistema de medida que será el determinante para saber si has conseguido o no tu meta, y en qué porcentaje. Por ejemplo podría suceder que decidas bajar 10 kilos, y que de esos 10, hayas conseguido reducir 7.

Si eso sucediera, ¿habrías fracasado en la consecución de tu objetivo? ¡Por supuesto que no! Porque has conseguido tu objetivo al 70% y eso es muchísimo más de lo que tenías al comenzar.

Con lo cual simplemente es cuestión de seguir trabajando hasta conseguir tu 100%. O bien evaluar si el 70% conseguido en este momento, es suficiente para vos y realmente sientes que estás satisfecho.

“Si no tenemos un plan propio, seremos esclavos de los planes de otros.”

Ser realista y evaluar si es una meta alcanzable para mí van un poco de la mano.

Retomemos el ejemplo de cambiar de trabajo. Yo puedo desear cambiarlo mañana, pero primero tendría que evaluar si realmente estoy en condiciones de renunciar a mi trabajo y quedarme sin un ingreso.

Si tuviera ahorros suficientes para poder renunciar y solventar mis gastos, pues adelante. Pero si renunciar implicaría no tener el dinero suficiente para poder pagar los gastos básicos, no sería una meta realista.

De igual forma aplica a “alcanzable”. Siguiendo con el mismo ejemplo: si yo aspirara al puesto de Directora Comercial de una gran compañía pero no estuviera lo suficientemente preparada, no sería algo alcanzable por ahora. Y aclaro por ahora, porque por supuesto que es algo alcanzable a medio o largo plazo. Para lo cual tendría que trazar un plan de acción con pasos y objetivos previos, hasta tanto esté en condiciones de poder aspirar a ese puesto. Pero lo cierto es que no es alcanzable hoy.

Recuerda que los objetivos cuando son realistas y alcanzables, influyen de forma directa en la capacidad para explotar los recursos propios.

Y llegamos a la última clave, pero no por eso menos importante.

Te comenté el ejemplo de mi amiga que sueña con viajar a España, ella siempre dice “algún día…”, ¿pero en qué parte del calendario se encuentra “algún día”?

Si no tengo una fecha límite, difícilmente pueda planificar los pasos que necesito para poder conseguir mi objetivo.

Cuando uno tiene una meta clara, concreta y delimitada en el tiempo, le está brindando al cerebro una imagen clara de lo que desea. De esta forma el sistema nervioso sabe cuál de las informaciones que recibe tienen la máxima prioridad, y así puede enfocarse en conseguirlo.

Muy bien, ya tienes las 4 claves necesarias para conseguir un objetivo exitoso.

No olvides que los sueños no alcanzados usualmente se deben a que ni siquiera “empezamos”, ya que se quedan en la mente o en una charla de café. Sin un objetivo claro y conciso no hay resultados.

Así que te invito a que hoy mismo tomes ese sueño que lleva un tiempo dando vueltas en tu cabeza, y apliques estas 4 claves para transformarlo de sueño a objetivo.

¡Be Smart!    😉