Propuesta de valor: tu arma secreta para destacar como profesional
La primera vez que escuché hablar acerca del concepto propuesta de valor, no entendí muy bien de qué me estaban hablando o qué importancia podía tener para un profesional.
Pero luego de interiorizarme y saber de qué se trataba, me quedó claro que sin propuesta de valor, me convierto en un producto “marca blanca” del supermercado. La única forma de destacar y generar un impacto real en la gente es comunicar la propuesta de valor. Que se trata simplemente, de hacer ver “Qué es lo que me diferencia del resto de profesionales.”
Cuando uno define una propuesta de valor y la empieza a comunicar, comienza a ser reconocido por aquello en lo que destaca, sus valores, habilidades y formas de accionar.
Promesa de marca
La propuesta de valor está basada sobre aquello que tienes para ofrecerle al mercado. Sería equivalente a que prometas cuál es el aporte que puedes hacer a la empresa o cliente, y que no podrían hacer otros profesionales con tu misma experiencia y formación.
Tu promesa de marca puede incluir tus conocimientos, competencias, experiencias y sobre todo, tiene y debe de incluir tus valores.
Y te digo esto, porque cuando la promesa deja ver los valores que posee esa persona, le suma credibilidad y coherencia. Pero ojo, no solo se trata de establecer una promesa y comunicarla, nuestras acciones y actitudes deben estar alineadas a ello.
En eso reside la coherencia justamente. Hago una promesa que transmite mis valores, y tanto cuando expreso mis ideas y me relaciono, como cuando hago las cosas y tomo decisiones, todo aquello honra los valores de mi promesa.
Tus valores son las creencias que defiendes, los principios que rigen tu vida. Estos incluyen aquello en lo que estás interesado y comprometido. Estos principios influyen en tu manera de priorizar las distintas exigencias.
Tus valores afectan no solo a lo que piensas y sientes sino también a tu comportamiento. De hecho, el actuar de acuerdo a valores propios es una de las claves que te hará destacar entre la multitud. Cuando la gente observa tus acciones, emite juicios sobre por qué haces lo que haces. Estos juicios se convertirán en la percepción que esas otras personas tendrán sobre vos.
Recuerda que lo que te hará avanzar profesionalmente será la conexión significativa con otras personas.
Seamos auténticos
Ser auténtico es equivalente a ser “verdadero”, a ser coherente con lo que piensas y sientes, sin querer aparentar o demostrar algo que no eres.
Si lo piensas, las personas tienden a sonreír frente a alguien que se deja ver auténtico, fresco, natural.
No tengas miedo de mostrarte tal cual eres, o de dejar ver tus valores y tu forma de pensar. Aunque no sean compartidas por el resto, te aseguro que te aportará mayor credibilidad y confianza como profesional. Te empezarán a considerar como una persona “fiable”, tan sólo porque te muestras tal como eres.
Sí, sé que no es fácil mantenerse auténtico donde abunda la competencia, la comparación y los juicios. Pero justamente eso mismo debe motivarte a mostrarte tal como eres, ya que cuanta más competencia exista, menos podremos sobresalir. Por lo tanto siendo auténticos tendremos una cuota de originalidad, y tan solo eso nos hará destacar.
Ante todo somos personas
Hace tiempo atrás, lo que se tenía en cuenta a la hora de contratar a un profesional, era su curriculum. Se evaluaba cuántos cursos y títulos había coleccionado y cuál era su trayectoria.
Hoy esto ha cambiado completamente. Y no digo que no sea importante, por supuesto que la formación y la experiencia siempre serán relevantes. Pero ya no es suficiente, porque además de esto, debemos aportar nuestra individualidad como personas. Y esta individualidad está compuesta por nuestros intereses, dones naturales, valores y creencias. Pero por sobre todo, por la capacidad de relacionarse, comunicarse, la empatía y la Inteligencia Emocional (entre otras). Es decir, según nuestro nivel de manejo de habilidades blandas.
En definitiva, como ya sabrás muchas veces para resolver un problema laboral nos valemos de nuestro ingenio, creatividad y relaciones, más que de los conocimientos adquiridos en la Universidad.
Ahora que ya hemos repasado la importancia de la propuesta de valor, te propongo dar el primer paso. Un paso pequeño, para que te sea sencillo y no abandones antes de empezar.
Este paso tendrá como finalidad que descubras una cualidad que te haga sobresalir entre tus pares, y que empieces a usarla a tu favor.
Para ello te invito a que realices una lista de tus habilidades (sino se te ocurren, puedes preguntarle a tu entorno). Intenta no hacerlo a las apuradas, tómate tu tiempo y si es necesario vuelve a hacerla varias veces.
Cuando sientas que no hay nada para agregar, elimina casi todas dejando únicamente aquellas habilidades en que sepas que superas el 100%.
Tenlas siempre muy presentes e intenta aplicarlas y dejarlas ver en todo lo que haces y en cómo te comunicas.
Y ahora te dejo, para que puedas comenzar con el ejercicio 😉
¡Hasta la próxima!